Son tus hijos.... HIPER ACTIVOS??
¿Tus hijos son inquietos, nerviosos, reaccionan con brusquedad o indiferencia?
¿Crees que tienen “hiperactividad” o un exceso de nerviosismo, de actividad, o piensas que no son capaces de estar durante un tiempo serenos y atentos? ¿Se aíslan, enmudecen o deciden llevar la contraria en todo? ¿Se aburren, enferman o desmotivan?
Antes de formarte una opinión equivocada y sentirte que puedas ser incapaz de orientarlos, de tener su escucha y su atención, o simplemente no confías en dejarlos solos en su cuarto durante un tiempo razonable puedes considerar estos aspectos relevantes:
1. Vivimos un
tiempo acelerado, las horas, días, meses…pasan volando y esta sensación la
captamos intuitivamente aun cuando las lógicas nos empujen a pensar que el día
sigue teniendo 24 h. y la hora 60 minutos. Lo cierto es que cada vez tenemos
menos tiempo libre y si acaso lo tenemos urgentemente buscamos cómo rellenarlo
o nos sentimos culpables al creer equivocadamente que “perdemos” el tiempo por
descansar, leer un libro, mirar el horizonte al atardecer, pasear… sin pensar
en lo que vas a hacer al minuto siguiente.
2. El
bombardeo incesante de estímulos de todo tipo, incluso aquellos que no
percibimos conscientemente, supone un aluvión de impresiones sin tiempo para
reflexionarlas y decidir si las aceptamos o no, de hecho actuamos de manera
automática y sin procesar adecuadamente nuestras decisiones. Cuando nos
saturamos nuestro cerebro actúa como si fuera un ordenador sobrecargado que
ralentiza las funciones para afrontar todos los “encargos” que ha recibido,
como eso “no puede ser” en nuestra vida, que debe ser perfecta y no “debemos”
dejar preguntas sin respuesta (incluso aquellas que no tenemos por qué
afrontar) reaccionamos con otros mecanismos menos sofisticados como son el
instinto, el deseo, la satisfacción inmediata o la indiferencia y el desamor.
Las consecuencias no pueden ser el orden, la satisfacción, la amabilidad o una
vida distendida y feliz, evidentemente.
3. Los
diferentes tipos de alimentos que ingerimos ya sean estos sólidos, líquidos o
energéticos (impresiones, el ambiente alrededor nuestro, el mundo mental,
energías radiantes) también tienen un efecto directo sobre nuestra salud y
sistema nervioso, así como también en el campo emocional y de sentimientos.
Cuidar la ingesta de alimentos para que sea lo más natural y equilibrada
posible, evitar los tóxicos incluso los tradicionales o los que están de moda
(bebidas, dulces, aditivos, etc), mantener un horario razonable (y el español
tiene mucho que mejorar en este sentido con desayunos escasos cuando debe ser
completo y cenas copiosas y a altas horas de la noche, algo nefasto para
nuestro hígado), mantener una higiene en todo el sentido de la palabra, comer
para vivir y no al revés. Respecto al
alimento energético la recomendación es ser igual de respetuosos y
limpios que con nuestras comidas, la regla es simple, alejarse de los ambientes
violentos, agresivos, desordenados y buscar aquello que nos hace felizmente
relajados o también podríamos decir relajadamente felices. Hay quien piensa y
cree por su experiencia de vida que todo aquello que no lleve en su interior la
felicidad no nutre ni contribuye a la sana armonía de nuestro cuerpo-mente y su
desarrollo vital y concientivo. ¿Será así como dicen estas personas?
4. Por otro
lado y aunque sea duro escucharlo debemos preguntarnos seriamente: ¿Somos un
buen ejemplo para nuestros hijos, nietos, alumnos? ¿Cumplimos y hacemos todo lo que les aconsejamos, pedimos,
exigimos? ¿Podemos pedir lo que no damos? ¿Dedicamos bastante tiempo para
atender sus preguntas, para escuchar sus temores, sueños, inquietudes, para
reír y jugar con ellos? Difícilmente pues siempre estamos ocupados, muy
ocupados, además de irritados y llenos de quejas, insatisfacción, exigencia
hacia los demás…
5. La vida ha
cambiado mucho, se vive en ciudades-dormitorio con pocas zonas de juego y
esparcimiento, sujetas a horarios implacables y a todo tipo de convivencias
obligadas por la falta de espacio. ¿Corren los niños, juegan a su manera
algunas horas al día, pasean por la naturaleza? Claro que en ocasiones nuestro
proyecto de hombre o mujer del mañana ha decidido que prefiere pasar su tiempo
libre desarrollando y usando solo una pequeña parte de su cerebro y poco o nada
de su cuerpo con las videoconsolas, móviles, ordenadores… Aquí llama la atención
la poca o nula socialización de estos chicos que optan por contactos
“virtuales” en lugar de una sana convivencia con un grupo de amigos/as o el
contacto con la naturaleza.
6. Por
supuesto que nada es insalvable y todo puede ser mejorado, eso sí no olvidemos
que dependerá de nuestro interés, constancia e implicación. Esto supone cambiar
algunos hábitos que a lo largo del artículo hemos ido viendo y reflexionando,
la entrega de algo a cambio de algo, la complicidad positiva, la felicidad
compartida, la empatía en alto grado y como no, el desarrollo del amor como
fuente de energía y motor del cambio. Lo demás son teorías…
ALMA SOCIAL
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